lunes, 17 de mayo de 2010

Las otras llaves del reino (microficciones)












ELLA
Volvió al Paraíso por unos instantes porque se había olvidado
de guardar algo en la cartera: un perfume de manzanas rojas.

CAÍN Y ABEL
La madre ya los había advertido: -Hijos, no quiero verlos pelear.-
Lo peor de todo era que siempre discutían a la hora de comer.
El menor se ufanaba de su ganado, especialmente de sus cabras:
-Mis cabras dan leche limpia para que la tome la sucia boca de mi
rival.- El primogénito no se quedaba callado y hablaba del trigo
que él cultivaba: -Con mi trigo se hace el buen pan para que lo
coma la boca desagradecida del intruso.- Cuando las cosas
pasaban de castaño a oscuro y los agravios subían de tono, Eva le
pedía a su marido que interviniera porque ella los quería a los dos
por igual. Adán la miraba en silencio y con esa infinita mirada que
tiene la ternura, cruzaba los brazos y le preguntaba: -¿De verdad
que los quieres a los dos por igual? Entonces querida, no pierdas
la paciencia ¿no te das cuenta de que estás fundando la justicia?

EL ARCA DE NOÉ
Casi al llegar el invierno Noé recibió la orden de construir el Arca.
Por otro lado, su mujer Naama había tenido la intuición de juntar
mucha fruta durante el verano, que luego secó al sol y que fue un
alimento de gran utilidad. Con el arribo de las herramientas y los
clavos, el desorden se apoderó de su despensa. Estaba buscando
unos cueros que ahora necesitaba más que nunca para transportar
esa fruta y guardarla en el Arca. Al fin los encontró, pero no
estaban vacíos. Mientras los estaba revisando, se acordó que en
uno había puesto uvas blancas; y en otro, uvas negras. Con el peso
las uvas estaban deshechas y probó el jugo para saber si serviría.
Lo que bebió era algo desconocido y encantador. A la hora del
almuerzo los jugos fueron servidos y a Noé le gustaron. Cuando
volvió a trabajar al Arca, se había golpeado más de un dedo con el
martillo por culpa de los clavos que se le movían, además, como
sentía mucho calor y había comenzado a sacarse la ropa. Estaba
en eso cuando apareció su hijo Cam que había ido a comprar más
clavos y no podía creer lo que estaba viendo. Su padre desnudo
despotricaba contra el martillo y los clavos. ¿Qué has estado
tomando durante el almuerzo? le preguntó Cam a su padre. El
patriarca ante la curiosidad de su hijo respondió: -Unos jugos
maravillos que me dio tu madre y tu ya la conoces, todos los días
inventa algo nuevo.-











LA TORRE DE BABEL (Le Parc Babel)
-Zamug, no te enojes, mi padre no está de acuerdo con nuestra
idea de comprar un piso en la Torre Le Parc Babel y no quiere
prestarnos la plata.-
-Querida Uma, como tu padre es cliente de Yaveh no lo quiere a
Nimrod, el más grande de los genios inmobiliarios.-
-Querido, quedémonos con esta casa, disfrutemos de nuestras
comodidades y no nos metamos en deudas. Conformémonos con
mirar desde nuestro patio como crece la construcción de la torre...
ya van por el piso 30.-
-Uma, mi esperanza no es como la arena que se la lleva el viento,
sino que es dura como la esperanza de una piedra. Por lo tanto,
le pediré el dinero a mis padres y compraremos allí un propiedad.
Tal vez, ya no consigamos un piso alto con vista al Éufrates, pero
miraremos a las nubes desde arriba, podremos visitar a nuestros
vecinos de los pisos más altos y en una de esas vueltas, hasta nos
cruzamos con Dios en el cielo, ¿qué tal?
-¿Y qué tal si Nimrod resulta un estafador?
-Querida Uma, por favor, el rey del ladrillo es muy inteligente, es
muy culto, habla como siete idiomas; además, Nimrod es uno de
los empresarios más ricos del mundo ¡él no necesita estafar a
nadie!

ABRAHAM Y HAGAR, LA ESCLAVA DE SARAH
Abraham estaba soñando que conversaba con Dios cuando lo
despertó el cuerpo de una mujer que abrazó pensando que había
entrado en otro sueño. La luna que pasaba sin querer por la
ventana fue la primera en ver las sombras de los cuerpos que
se movían. Abraham se volvió a despertar y se dio cuenta de que
ese cuerpo no era el de su mujer sino el de Hagar, la esclava.
Excitado se levantó sin hacer ruido, corrió las cortinas y la besó
apasionadamente, pero luego una duda lo detuvo. Se rascó la
cabeza y le preguntó en voz baja quien más sabía de esta audacia
sentimental. Hagar confesó que la había mandado su ama.
Entonces, Abraham levantó la voz diciéndole: -¡rajá de acá, así
no vale!

DAVID
Todos vimos la película del duelo entre el gigante de los filisteos
y el joven y buen mozo que define una batalla y que sólo tiene
antecedentes como pastor que se ha peleado a muerte con osos
y leones para defender su rebaño. Más allá del casting, del guión
o del libreto, el libro es más interesante. Allí se sugiere que
después de lanzar la piedra que derribó a Goliath, David vendió
la honda y que esa fue la venganza del derrotado, perpetuar en
el tiempo un hecho siniestro: haber dejado en las manos de su
vencedor algo que lo corrompería lentamente: el mercantilismo.

SALOMÓN
Es fama la grandeza del templo de Salomón, grande y concurrido
fue también su palacio. El muro que ha sobrevivido a las injurias
del tiempo, es suficiente testigo del sabio que meditó y ordenó su
construcción. Muchos se ha escrito de los pleitos y litigios que allí
se resolvieron y aún se repiten los proverbios del dueño de casa y
que algunos han quedado resgistrados en El Cantar de los Cantares.
Salomón nunca se quedaba quieto en su recinto, caminaba por sus
aposentos sin aviso y sorprendía a sus sirvientes haciendo cosas
que no tenía que hacer, como aquel día que asistió, de manera
involuntaria, a una representación teatral donde un soldado de su
custodia se había disfrazado de sabio que imparte justicia y otras
dos servidoras, haciendo de madres que están reclamando el
mismo hijo. A partir de ese día, Salomón se pudo quedar más
intranquilo y comprendió el significado de algunas frases hechas,
hechas cerca suyo, como "Las paredes hablan y los muros se
lamentan", palabras que repetían sus pajes y doncellas, aunque
más de una vez escuchó afirmaciones geniales en su cocina, como
esa que una cocinera le dijo a otra: "Mejor es la comida de
legumbres donde hay amor, que la ternero cebado donde hay
odio." Más asombrosa es la sentencia que le oyó decir a un
sirviente que él había castigado: "Las heridas que te causa quien
te quiere son preferibles a los besos engañadores de quien te odia."

CONFUCIO
Todas las cuentas en el granero del principado eran sinceras y
así también la armonía y el respeto en esa dependencia estatal.
Una mañana el príncipe, que había decidido que ese buen
desempeño no sólo debía ser recompensado sino que podría
servir de ejemplo en otras dependencias oficiales, mandó llamar
a Confucio para avisarle que por un tiempo dejaría de trabajar
en el granero y que se preparara para ser ministro de justicia.
Con una reverencia, el maestro de los números disimuló el impacto
del anuncio que guardó en el silencio de sus preocupaciones. Su
vida cambíó de súbito y los vecinos que ya no lo veían salir temprano
hacia el granero también se preocuparon y algunos dejaron de
ofrecerle sus servicios. Cuando llamó al carpintero para pedirle la
confección de un mueble, éste se excusó alegando mucho trabajo;
por la confección de un traje nuevo, el sastre le dijo casi lo mismo.
Sin embargo, cuando llamó al comerciante de tintas y papeles,
éste cumplió con su pedido y de paso, le hizo una curiosa pregunta:
por qué él seguía saludando al carpintero y al sastre que ya no le
ofrecían sus servicios. Con seis palabras, que el transcurso del
tiempo tampoco ha podido modificar, respondió: -Lo cortés no
quita lo valiente.-

BUDDHA
Así como pasaron cosas extraordinarias antes de que Buddha se
despertara o iluminara, antes de que tomara la difícil decisión de
renunciar a las cosas materiales de este mundo, él se quedó una
semana bajo el árbol sagrado y pudo ver o imaginar sus infinitas
reencarnaciones. Después de mucho contemplar serpientes,
elefantes, monos y leones, también comenzaros a desfilar monjes
que se convertían la budismo. Ya despierto o iluminado, pudo
verse reencarnado en vidas futuras: se encontró rodeado de
pescadores caminando por las aguas y multiplicando los peces.
Se compadeció de ser un poeta que tiene que escuchar a otro que
toca la lira y está llorando porque ha ordenado prenderle fuego a
toda una ciudad. Se sintió en el aire volando en un enorme pájaro
de metal y pudo ver desde el cielo el desierto, una esfinge y las
pirámides. Se volvió a ver en el río Ganges, más delgado y humilde,
predicando la No Violencia. También se vio, más pobre y más sabio,
en los miles y miles de hombres y mujeres sin techo que duermen
en las calles de este mundo.













FILOSOFÍA I

Sócrates = caballo + tábano










FILOSOFÍA II

-------- Ciencia ---------
una opinión = una verdad

diálogo + banquete = una amistad

amistad x una verdad = Platón

ARISTÓTELES
Para hablar de la vasta obra filófica de Aristóteles que se estudia
en su tratado de Lógica, llamado Órganon, que comprende seis
libros (donde a su vez uno de ellos, Tópica, comprende otros ocho)
y luego, proseguir por sus ocho libros de Física, los catorce de
Metafísica, los ocho referidos a la Psicología, los cuatro que le
siguen: Ética, Retórica, Gramática y Poética; más los ocho de
Política, lo mejor es salir a conversar con el interlocutor calificado
en el tema y caminar por un parque entre jardines, como lo hacía él
con cada alumno en particular. Algunas ese alumno fue un joven
risueño y talentoso, que años después fue conocido por Alejandro Magno.

DIÓGENES
Una fría medianoche de llovizna, unos jóvenes de Corinto se
acercaron hasta el famoso tonel para preguntarle a Diógenes
qué había comido. Estaban haciendo la pregunta cuando vieron
en el suelo los restos de varias cebollas. A pesar de la oscuridad
el filósofo pudo ver el movimiento de los ojos de quienes habían
venido a interrumpir su sueño y les respondió: -Esta noche me
he comido todas las estrellas y no he llorado.-

ESOPO
Antes de escribir fábulas con zorra, Esopo soñó que una zorra
le hablaba. Tiempo antes de escribir otras fábulas, como "La
anciana y el recipiente de vino", "La mujer y el marido borracho"
y la de la zorra que no pudo alcanzar las uvas, Esopo tuvo sed
de vinos que estaban lejos y de uvas que estaban muy altas y
supo combinar los sueños con la realidad y aprender una lección.
Siglos después, a esa experiencia purificadora se la llamó
catarsis.

SOFOCLES
A los escenarios griegos subieron toda clase de novedades, algunas
un tanto desdichadas. Si sumamos a estas circunstancias humanas
lo irónico y paradójico de las vueltas de la vida, ya tenemos una
pieza de teatro. Si el que la escribe, la ensaya o la dirige, desde
cierta honestidad intelectual, nos entusiasma para descubrir en
la obra una verdad, la gran verdad que todo el mundo ya conoce
y donde el último en enterarse es el protagonista, la obra tiene la
inmortalidad asegurada, más allá de que el personaje sea el
asesino de su padre, el amante de su madre y que a la vez sea
padre y hermano de sus hermanos, e hijo y esposo de su madre.






ESQUILO
El epitafio de Esquilo, copiado aquí textualmente como epígrafe,
en la tercera línea nos dice: "De su alto valor Maratón fue testigo".
El hecho de haber participado activamente en varias batallas, lo
autorizó mejor que nadie para escribir sobre una guerra. La
literatura sólo es auténtica escritura cuando se la vive antes de
ser literatura; la batalla de Maraton data del 490 a. C.

En medio de la feroz incertidumbre de otra batalla, la de Salamina
-que aconteció diez años después que la otra y donde los griegos
volvieron a batirse contra los medos o persas, de ahí el nombre de
guerras médicas- la historia ha perdido el nombre de aquel soldado
que le escuchó decir a Esquilo esta promesa: -Si los altos dioses
consienten que salga vivo de ésta, prometo escribir una obra que
se llamará "Los persas". Y se salvó y escribió bajo la responsabilidad
de los dioses persas. Desde aquella época, los altos dioses griegos
quedaron muy calientes con Esquilo.

EURÍPIDES
En una fiesta familiar en casa de unas tías, Eurípides observa que su
madre está haciendo cosas que nunca le ha visto hacer; es evidente
que está totalmente ebria. El dramaturgo se propone escribir una
obra para describir una orgía dionisíaca, obra que demora a
propósito para no publicarla y nunca la da por terminada. Un día la
esconde, pero cuando la busca, ya no la puede encontrar. Algunos
parientes acomedidos lo ayudan en la búsqueda aunque sin éxito.
Él no se hace ningún problema, todo olvido es recíproco.

(Argumento de la obra: A partir del enfrentamiento de Penteo, rey de Tebas,
gracias al dios Dionisio y lo dionisíaco, llegamos a comprender la confronta-
ción del hombre con su propia naturaleza, lucha que no reconoce límites en
el tiempo: desde la génesis del género humano, que aspira encontrar un espa-
cio en lo divino, hasta una humanidad deshumanizada donde no se sabe con
rigor quien está loco y quien está cuerdo. Esto admite una dramática confu-
sión de identidades, por ejemplo, el que tiene el poder lo disimula, y el que
no lo tiene, lo presume. Tampoco será la primera ni la última vez que un
dios se disfrace de hombre, que un hombre se vista de mujer, que un pariente
sea confundido con una bestia, o que se tome la razón como un instinto o lo
instintivo como racional. El combustible del motor de este drama es el vino,
sagrado elemento preparado para darle a la vida quietud, alegría y belleza,
aunque en el exceso pasará a ser algo maldito que provoca el delirio, la
crueldad y la muerte, símbolos de la tragedia donde están, como en estas
Bacantes, todos los lujos que puede darse la locura.)

En el año 406 a.C muere Eurípides y se realiza un inventario de sus
bienes. Un amanuense que ha estado ordenando sus papeles
encuentra Las bacantes, obra póstuma que es representada en su
honor. Al final de la obra, el público aplaude a rabiar. Entre los
asistentes al homenaje, están los parientes y los deudos de Euripídes
que se retiran del teatro sin aplaudir.












CLEOPATRA
Ptolomeo XII se acercó a su hija que estaba jugando con un collar
de lapislázuli de su madre, y la levanto tiernamente en sus brazos;
cuando la tuvo a la altura de sus ojos, le preguntó que quería ser
cuando fuera grande. Es ese juego de un padre que idolatraba a
su hija, que aunque griega sería la heredera del reino de Egipto, las
respuestas de la princesa eran siempre inesperadas. Una vez le
dijo que quería ser una canción; otra vez, un baile. Después la
niña creció y el padre dejó de jugar con ella, aunque la última vez
que la tuvo en sus brazos y le hizo la misma pregunta, la nena se
quedó pensando y luego, dibujó un extraño jeroglífico que su padre
nunca logró descrifrar del todo: -Quiero ser una estrella de cisne.-






JULIO CÉSAR
Después de atravesar la ciudad, Julio César ya convertido en dictador
perpetuo, ha visto algunas cosas que no han sido de su agrado, por
ejemplo, como se han multiplicado los cirujas. Llega a sus aposentos
y le pide al escriba que le informe acerca de la cantidad de mendigos
que hay registrados en Roma. La cifra ronda los 300.000 y sin perder
un instante, ordena el reparto de tierrra en las provincias. Uno de los
funcionarios presentes, le asegura que la historia lo recordará en día
de mañana por este hecho, donde 300.000 nuevos propietario le
agradecerán vivir de su trabajo y no de la limosna pública. Julio
César lo calma diciéndole que no se hada ilusiones con la posteridad
donde las cosas cambian: -Ya no recordarán que fueron mendigos,
al contrario, dirán que la suerte los ha cambiado porque ellos han
ayudado a los mendigos, hablarán de civilización y se sentirán
orgullosos de su tierra y de los frutos de la tierra.-













NEFERTITI
La jornada de la reina ha comenzado con el alba. Setepenra, su hija
menor quiere que sea su madre quien le haga las trenzas y no una
esclava de la corte: -Es que la bruta me tira el pelo y me hacen
llorar. Nefertite accede a su pedido y le pide que se quede quiete en
su falda porque en ese preciso momento Tutmosis la está retratando
mientras esculpe un bajo relieve en piedra caliza. Neferneferura,
otra de sus seis hijas, entra llorando al recinto porque la chiflada de
su hermana Neferneferuatón-Tasherit le ha escondido una sandalia
y no se la quiere entregar y su padre las espera en el templo de Atón
para la plegaria matinal. La madre trata de no perder la calma y
piensa que en Tebas estaba más tranquila, pero ahora aquí en
Ajetatón, la nueva capital religiosa, el ajetreo cotidiano la tiene al
borde de un crisis biliar. Como si esto fuera poco, aparece su hija
Meketatón reclamando un collar de perlas y turquesas que ella le
había prometido hace 9 lunas y ahora lo quiere lucir en la plegaria.
La madre asiente y manda que se presente Anjesenpaatón, a quien
ella le ha enseñado a conducir el carro, para que la lleve hasta el
tesoro real, le busque el collar y se quede tranquila. El escultor da
por terminada la sesión de piedra caliza y la reina aún tiene varios
asuntos de estado por resolver, pero es interrumpida por su hija
Meritatón, quien entra llorando en su alcoba porque se ha peleado
con su novio politeista y como está perdidamente enamorada, le
pide a su madre que la consuele. El inteligente de su novio le ha
dicho que el monoteismo es algo absurdo.
-Mamá, ¿no es nuestro dios solar Atón el creador del hombre, de
los animales, las plantas y de todos los alimentos espirituales
del mundo?
Nefertiti respira hondo y cuando está por mandar todo a la
mismísima plegaria, comprende que trabajar de madre es mucho
más difícil que trabajar de reina de Egipto.








TUTANKAMON
Como estudiante no era malo, digamos que pasaba desapercibido.
El álgebra no era su fuerte, tampoco Física y Química. También
estaba peleado con Estadística y Contabilidad. Por otro lado,
muchas veces trató de hacerse amigo de las Ciencias Naturales,
pero no alcanzó el éxito que tuvo con las Ciencias Sociales; con
ellas se destacó en Lenguas. Menos mal que nunca lo aplazaron
en Historia o en Religión, porque hubiera sido un dolor de cabeza
para sus padres. El otro problema lo tuvo con Bellas Artes,
aunque al final aprobó. Le costaba dibujar, aunque nunca permitió
que otros dibujaran por él. Si bien no era un alumno brillante,
sus compañeros lo recuerdan como un tipo despierto y con un
gran sentido del humor. Sus mejores notas estaban en Gimnasia,
Música y Baile. El era muy feliz durante las vacaciones y ni que
hablar cuando llegaban los carnavales; entonces, la rompía.

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