miércoles, 10 de junio de 2009

ABECEDARIO FABULOSO

PRÓLOGO DE MÓNICA OTTINO

Dice la Enciclopedia Collier’s, y los americanos ya sabemos que a veces tienen razón, que la fábula es un relato breve que ilustra con animales, virtudes y vicios humanos. Estas ficciones culminan con lo que La Fontaine llamaba la moraleja. Miroslav Scheuba, en su “Abecedario Fabuloso”, retoma esta forma legendaria de pintarnos con ironía y conocimiento; hay mucho camino recorrido, diversos tipos humanos estudiados sin velos pero con cierta humana simpatía.

A propósito de las moralejas escritas por Miroslav, para mis próximas publicaciones, tendré en cuenta las siguientes:
La de "Las arañas y las abejas": el destino es la otra araña que también teje sus redes.

La de "La cabra y el carnero": negocios con parientes se van por la pendiente.

La de "La ñandú y el nacurutú": la pluma de la poesía te cura sin mostrarte el remedio.

La de "El quebrantahuesos y el quirquincho": el Más Allá no está tan lejos como pensamos.

La de "Los sábalos y las sirenas": el arte nunca te regala nada.

La de "Las urracas y los UFOS": la realidad es como un espejo, no se hace responsable de lo que refleja.

La de "El dictador X y el xilofón": el último servicio del arte es un servicio póstumo; practicalo antes.

La de "La yegua y la yarará": la amistad y los secretos tienen algo en común y que es sumamente delicado: la fórmula de sus venenos.

Y la de "La zorra y las zanahorias": tarde o temprano todos caemos en una trampa publicitaria, al menos, a partir de ahora, ya sabemos quien maneja la publicidad.

Dicho sea de paso, Miroslav maneja sus fábulas como pudieron haber hecho Esopo, Fedro o Samaniego, como un antiguo ejercicio de aprendizaje y primeros auxilios para el alma, ya que mientras avanzamos por sus páginas, todos somos el burro coleccionista contestando las preguntas insolentes de enemigos y sobre todo de amigos con respuestas abstrusas y oblicuas; defendemos nuestra felicidad como el pobre chancho panadero y hacemos el papel de la gata que escucha: algunos gratis y otros por jugosos honorarios psiquiátricos. Los gansos en “El gallo cantor y los gansos punitivos” no miden los peligros de la “cuisine” –difundida cursilería actual- ni la agresión desatada por ellos mismos. La iguana descubre que no todo es miseria en la miseria ni todas mieles en la riqueza con “administradores fraudulentos, contadores veloces, abogados delincuentes, escribanos audaces, cirujanos tramposos, dentistas locos, peluqueros temerarios y sirvientes malvados” que quieren su parte del botín. También la nutria descubre los escollos que impiden ayudar al prójimo y la “llama llamativa” sufre en su propia carne trepadora y andina, el viejo dicho inglés “When Greek meets Greek”.Los vicios de la formación académica son transparentes en “La rana y el ratón”. Miroslav concluye que “toda academia es un peligro”, lo que es muy cierto si uno recuerda ciertos discursos y mesas redondas. Agregaría que quien quiera enseñar debe elegir con cuidado a sus alumnos, caníbales e irreverentes por naturaleza.Lean con cuidado porque es muy educativa la fábula de la tortuga que se hizo la burra ante un tucán enamorado y la conveniencia, en zonas políticas proclives a cíclicas dictaduras como nuestra América, de aprender a tocar el xilofón para distraer al tirano de turno, al menos por un rato.

2 comentarios:

Nicolás Meza dijo...

hola, soy artista plastico y te invito a ver mi obra pictorica, aqui:

www.nico-meza.blogspot.com

saludos!

Miroslav Scheuba dijo...

Gracias Nico Meza por tu visita. He visitado tu blog y me gustaron mucho tus grabados, evoca lo mejor que nos han dejado grandes artistas como Aida Carballo y Alicia Scavino. Te presiento un gran ilustrador de libros. En otro blog tuyo, me divertí con los pescados en el bar.
Adelante con el arte que nos ilumina y nos eleva. Miroslav